El texto publicitario es una forma de comunicación en la que predomina la apelación al receptor. Su finalidad es la venta de objetos y servicios, pero, en esencia y sus resultados, vas más allá de la actividad comercial: difunde valores ideológicos y sociales, y contribuye a crear la llamada "cultura de masa".
El cuento de terror (también conocido como cuento de horror o cuento de miedo, y en ciertos países de Sudamérica, cuento de suspenso), considerado en sentido estricto, es toda aquella composición literaria breve, generalmente de corte fantástico, cuyo principal objetivo parece ser provocar el escalofrío, la inquietud.
El terror, por su parte, es el sentimiento más intenso demiedo, donde el individuo ya no puede pensar de forma racional. El terror puede generar sudoración fría, la parálisis de los músculos y hasta la muerte por paro cardíaco.
Un cuento de terror, por lo tanto, es un relato literario que intenta generar sentimientos de miedo en el lector. Para esto presenta historias vinculadas a las temáticas más atemorizantes para los seres humanos, como la muerte, las enfermedades, los crímenes, las catástrofes naturales, los espíritus y las bestias sobrenaturales.
Corresponde a la penetración de la corriente socialista en nuestro país, corriente que no llega al poder sino sobre todo al grupo de intelectuales, desde el que influyen notablemente en los sectores populares y la sociedad en general. El indigenismo llega al Ecuador con la obra Plata y bronce de Fernando Chávez, publicada en 1827, ella marcará el esquema de las obras de este período: los explotadores -hacendados, curas, tenientes políticos- y los explotados -indios y montubios. Es una literatura realista.
Se caracteriza por:
Incorporar en la narrativa al hombre diario y su tierra.
Se buscó definir, el sentido nacional de la cultura.
Esta búsqueda de una identidad se tradujo en un acercamiento a la condición humana del montubio, el cholo, el indio, el obrero.
Estos personajes representan a grupos humanos.
La literatura quiere denunciar, protestar y reclamar por la explotación y la injusticiaLos escritores del treinta, se rebelaron contra el lenguaje heredado de la tradición literaria española.
El tema central de la narrativa de los treinta es el Ecuador.
Se ha dividido a la generación de los 30 en dos grupos, de acuerdo con la situación geográfica:
El Grupo de la sierra: Lo componían los quiteños Jorge Icaza, Fernando Chávez, Humberto Salvador, Enrique Terán y Jorge Fernández y los escritores que vivían en Cuenca y Loja: G. Humberto Mata, Alfonso Cuesta y Ángel Felicísimo Rojas.
El grupo de Guayaquil: Integran este grupo los escritores Joaquín Gallegos Lara, José de la Cuadra, Enrique Gil Gilbert, Demetrio Aguilera Malta y Alfredo Pareja Diez Canseco. Poco después se integra Adalberto Ortiz.
Nació en Guayaquil el 24 de mayo de 1909 y murió el 28 de diciembre de 1981 en México, D. F.. Hijo legítimo de Demetrio Aguilera Sánchez y de Teresa Malta y Franco, quienes lo nombraron Raúl Demetrio. Durante su juventud dejaría de usar Raúl por consejo de Joaquín Gallegos Lara. Su padre era un comerciante que fue propietario de fábricas y fincas. Su bisabuelo materno, Juan José de Malta y Salcedo, fue también dramaturgo y el pequeño Demetrio descubrió sus obras en la biblioteca heredada del abuelo.
Pasó una infancia campestre en la finca de la familia en una isla del Golfo de Guayaquil. Fue educado en casa por su madre y profesoras particulares. La educación secundaria la realizó en el colegio "Vicente Rocafuerte" donde se graduó de Bachiller en 1929. El Dr. José de la Cuadra fue su profesor de literatura.y murió en 1999
Sus estudios universitarios los empezó en Jurisprudencia en su ciudad natal, sin embargo los abandonó en 1931. Luego continuaría sus estudios en literatura, como becado por el Ministerio de Educación del Ecuador, en Madrid, justo antes de que estallara la Guerra civil española.
La Historia del teatro estudia la evolución del arte
dramático a través del tiempo. El concepto del teatro es muy amplio: cualquier grupo de personas que desarrolla un espectáculo en un tiempo y espacio determinado forman un espectáculo teatral. El teatro tiene una base literaria, un guion o argumento escrito por un dramaturgo. Pero ese texto dramático requiere una puesta en acción, para la cual es imprescindible la interpretación por medio de actores o personajes que desarrollen la acción, así como elementos como la escenografía y decorados, la iluminación, el maquillaje, el vestuario, etc. Ciertos espectáculos pueden ser igualmente sin texto, como en el caso de la mímica y la pantomima, donde destaca la expresión gestual. Por otro lado, un elemento indispensable para la comunicación es la presencia de un público. El teatro tiene una función de socialización de las relaciones humanas, ya que presenta cierto grado de ritualización.
Los orígenes del teatro se encuentran en antiguos ritos de origen prehistórico, donde el ser humano empezó a ser consciente de la importancia de la comunicación para las relaciones sociales. Ciertas ceremonias religiosas tenían ya desde su origen cierto componente de escenificación teatral. En los ritos de caza, el hombre primitivo imitaba a animales: del rito se pasó al mito, del brujo al actor. En África, los ritos religiosos mezclaban el movimiento y la comunicación gestual con la música y la danza, y objetos identitarios como las máscaras, que servían para expresar roles o estados de ánimo. Estos ritos reforzaban la identidad y la cohesión social: los gun de Porto Novo (Benín) hacen el kubitó, ceremonia mortuoria donde los participantes, con técnicas de prestidigitación, desaparecen del público los ibo de Nigeria celebran el odo, sobre los muertos que retornan; los dogon de Malí practican el sigui cada 60 años, en celebración del primer hombre que murió; los abidjide Costa de Marfil tienen el dipri, fiesta agrícola de año nuevo, donde se clavan cuchillos en el vientre, cicatrizando luego las heridas con una pasta. En la América precolombina se desarrolló una forma de teatro en las culturas maya, inca y azteca: el maya estaba relacionado con fiestas agrícolas, e ilustraba historias del Popol Vuh; el azteca desarrolló notablemente la mímica, y tenía dos vertientes, una religiosa y otra burlesca; el inca, escrito en quechua, servía a intereses del estado.